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Diretor Fundador: João Ruivo Diretor: João Carrega Ano: XXVII

Opinião La Universidad y los centros de estudios locales

Al finalizar la guerra civil en España (1936-39) queda desmantelado y sustituido el modelo de sistema público de investigación que representaba la Junta de Ampliación de Estudios (JAE) para las universidades y para el desarrollo de la ciencia en general, que había dado extraordinarios resultados desde su creación en 1907, bajo la presidencia del Premio Nobel de medicina, don Santiago Ramón y Cajal.
En 1939 se crea el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) como organismo sustitutorio de la JAE , para centralizar y controlar toda manifestación investigadora, por incipiente que fuese, dentro de un auténtico páramo cientifico como era España en 1939. La inmensa mayoría de los grandes científicos y cualificados profesores universitarios estaban en la cárcel, sancionados, deshabilitados y privados de su ejercicio docente e investigador, se habían exiliado fuera de España por temores ciertos de represión ideológica y política, o habían sido enjuiciados y asesinados, previa depuración de responsabilidades o compromisos políticos asumidos dentro del régimen republicano.
Dentro de la articulación del modelo sustitutorio del desarrollo de la ciencia el CSIC crea en España en 1946 el Patronato José María Cuadrado, para controlar desde allí toda la producción científica que pudiera proceder de las provincias y entidades locales, Ayuntamientos y Diputaciones, entidades que desde entonces se van a encargar de sostener el funcionamiento de un determinado Centro de Estudios Locales (CEL). De esa manera quedaba abierta la puerta a la creación de uno o varios CELs en las diferentes provincias españolas, organismos de carácter local, provincial o regional, que podían adoptar alguna variación en su denominación (Centros de Estudios, Academias, Fundaciones, Patronatos y similares).
Así continúan las cosas hasta la llegada de la democracia y el fin de la dictadura, cuando mencionado Patronato desaparece entre 1977-79, como sucede con otros organismos políticos y culturales controlados ideológicamente por el franquismo.
En 1980 se decide organizar la Confederación de Centros de Estudios Locales (CECEL), que ya desde estructuras democráticas coordinará hasta nuestros días los 55 Centros de Estudios Locales (CELs) existentes hoy en España (o equivalentes), los anteriores a esa fecha y los creados desde entonces. La CECEL está vinculada al CSIC, pero mantiene una gran autonomía, editando su revista, organizando el congreso anual de CELs, manteniendo su capacidad para admitir nuevos miembros, impulsando nuevos proyectos investigadores, aunque siempre dentro de unos grandes límites de financiación. Los CELs, muy diversos en su estructura y composición, también en su financiación, dependen para su vida cotidiana de los fondos económicos que les asignan Ayuntamientos o Diputaciones, por lo que su vitalidad y capacidad cultural operativa resulta al fin muy diferente entre ellos.
Desde este marco podemos referirnos a varios de los CELs que funcionan ahora en proximidad a la “Raya de Portugal”, es decir, los ubicados en provincias geográfica y culturalmente próximas a Portugal. De esta forma, de Norte a Sur, hemos de mencionar a la Real Academia Galega (con sus muchas especialidades en historia, bellas artes, etc..), el Centro de Estudios Benaventanos Ledo del Pozo (en Benavente, Zamora), el Centro de Estudios Zamoranos Florián de Ocampo (en Zamora), Institución Gran Duque de Alba (Avila), Centro de Estudios Salmantinos (Salamanca), Centro de Estudios Bejaranos (Béjar), Centro de Estudios Mirobrigenses (Ciudad Rodrigo), Real Academia de Extremadura (Trujillo, Cáceres), Centro de Estudios Extremeños (Badajoz), Real Academia Sevillana de Buenas Letras (Sevilla, y con varias especialidades), Academia de Artes, Ciencias y Letras de Huelva.
Los componentes de cada uno de estos Centros de Estudios Locales, siguiendo la antigua estela de los ilustrados de finales del siglo XVIII, los denominados miembros de las Sociedades Económicas de Amigos del Pais, buscan el reconocimiento y protección del patrimonio material e inmaterial de su ámbito de actuación, el fomento de la cultura local y comarcal-provincial, la investigación en historia y bellas artes de su zona, la edición de libros y revistas que aportan estudios diversos para el mejor conocimiento y desarrollo de su espacio de intervención, cada vez más se plantean actuaciones conjuntas con otros CELs y con asociaciones culturales del vecino Portugal. De manera creciente contemplan intervenciones en la protección medioambiental y en estudios socioeconómicos, además de los ya mencionados de orden patrimonial o histórico artístico.
Llegados a este punto cabe preguntarse por el papel que desempeñan en estos CELs las universidades. Es cierto que la cultura científica dominante en las universidades, en concordancia con las políticas científicas prioritarias impuestas desde el Ministerio de Ciencia, y en el CSIC, durante mucho tiempo ha dejado a un lado con mucha frecuencia la investigacion procedente de los espacios y entidades locales. Esta tendencia y práctica científica, para nosotros inapropiada, se está corrigiendo de manera creciente, y van alcanzado valor reconocido los estudios de tipo local. Esto viene permitiendo, y motivando, que muchos investigadores y profesores universitarios formen parte activa de los CELs y coincidan en sus tareas culturales e investigadoras con otros miembros activos de los CELs, componentes de procedencia no universitaria, aunque con formación y trayectoria investigadora reconocida.
Podemos afirmar, para concluir, que sin el capital humano formado o procedente directo de las universidades sería imposible sostener una vida fecunda y activa en cada uno de estos CELs. Bien es cierto que institucionalmente sería muy favorable que el nexo entre estos organismos locales y las universidades fuera más intenso y continuado para beneficio científico y cultural de los ciudadanos.

José Maria Hernández Díaz
Universidad de Salamanca
jmhd@usal.es